jueves, 31 de mayo de 2012

Cuantas cosas han pasado en tres meses. Aunque con poca novedad. Sigue el viaje. Con diferente ruta, pero mismo destino. Nuevas amigas, viejas rutinas. Nuevas caras, compañeras de viaje, unas bajan otras suben.

Allá por el mes de marzo, nuevas noticias y viejos sentimientos de decepción. Hay que seguir. Nuevo tratamiento, con lo cual hay que añadir otras seis sesiones.

A estas alturas llevamos tres de seis. A mitad de camino, solo que nunca se sabe cuanto medirá ese camino. Vamos "pasito a paso" como canta La Mari. Nos hemos saltados "dos paradas" de este nuevo trayecto, sin escribir nada. No hay mucho que contar. Nuevos efectos secundarios y viejas sensaciones. Ya no formamos fiesta  a una bajada de marcadores (no ha terminado aún el viaje).

Este tren va con marcha lenta...pero va. Aún queda trayecto. Mientras... a disfrutar del paisaje.


domingo, 5 de febrero de 2012

Sexta y seguimos.

Sexta Estación.

He tardado casi un mes en ser capaz de encontrar las palabras necesarias para contar esta sexta parada, y aún hoy, escribiéndola, no sé si seré capaz de transmitir lo que realmente quiero.

10 de Enero.

Sexta sesión. Cuanto nos gustaría que también fuera la estación donde debiéramos bajar. Pero no.

Ha sido una sesión de decepciones acumuladas, de muchos sentimientos contradictorios. Comienza con una consulta médica donde los resultados de analíticas y pruebas, no son los esperados. Aún así nos quedamos, para esta "última" sesión que completa las 6 del tratamiento correspondiente.
Le sigue un encuentro en los pasillos, de refilón, creo ver alguien conocido, y aparecen a la vez la sorpresa y el enfado. Y me dan ganas de decir: que no quiero verte aquí. Acompaña a su esposa, y paso a la sala a saludar. Y distingo la cara de preocupación de la primera visita a quimio, de no saber exactamente lo que viene a continuación.
Continúa con un ingreso en la séptima planta,  donde nos espera una compañera de habitación. Omito el nombre, porque podría ser cualquiera. Mirándola, oyéndola, me paro a pensar: podemos ser nosotras, dentro de unos meses...un año. Quien sabe. Sufre dolores, que ningún medicamento quita. Le cuesta caminar, pero se levanta valiente sola, sin ayuda. Le cuesta comer, y protesta por la comida y come solo lo que quiere. Quien es nadie para decirle lo que debe comer. Su fase es más avanzada y nos muestra, como si de una película se tratara, lo que puede venir. Porque puede venir.
Y aún con todo ello, me quedo con lo bueno. Que lo hay. Con sus charlas, serenas, a ratos, rabiosas a otros.
Hay momentos que siento la necesidad de marcharme. Dejarlas a solas. Cada una en su cama. Me siento como una intrusa oyendo conversación ajena, pese a que estoy en el sillón, a menos de un metro de las dos. Y me marcho a fumarme un cigarro, dar un paseo...para que hablen.
A todo esto se añade un comité médico que no llega. Hay que esperar al último día de ingreso, para volver a casa con la incertidumbre de que, probablemente, el viaje continúe, aunque no saben bien que tratamiento viene a continuación. Lo único que sí sabemos es que no debemos deshacer maletas; el viaje continúa.

Todo eso hace que tengamos la sensación de haber bajado en una estación equivocada. De saber que nos hemos bajado del tren antes de tiempo y, de que tenemos que volver a subirnos, pese a que no nos apetece nada.
Pasados unos días...bastantes, vuelven las fuerzas para asir las maletas con energía, el billete bien apretado entre los dientes y la firmeza de seguir viajando, porque no hay viaje infinito. Seguiremos, bajando en las estaciones donde haya que bajar. Dejando pasar de largo las que haya que dejar. Y esperando la nuestra con energía y el buen ánimo que nos caracteriza.
Sigo quedándome con las risas, que las hubo. Con las anécdotas, el buen hacer de las enfermeras y enfermero y todo el cariño que se respira en los pasillos.

POSDATA: Me gustaría que esto lo leyera también algún encargado de las comidas del hospital. ¡Pruébala, por Dios!. Una, como acompañante, obliga y fuerza a la enferma a comer, para que se reponga. Y baja a por un par de sandwich al bar más cercano, por comer algo. Lo que no espera es, que la enferma te los quite y te diga: Ale, ahí tienes la bandeja de la comida para ti. Los sandwich me los como yo!
Y te comes lo que hay en la bandeja, con resignación intentando poner buena cara, mientras ves a las dos enfermas mirándote, con una sonrisa maliciosa, riéndose de ti en tú cara: ¿Qué, está bueno? Y quieres que me lo coma yo...JA!
Por favor...prueba la comida...por tu madre, antes de ponerla a los enfermos!!!

miércoles, 18 de enero de 2012

Lo escribí en mi cuaderno de pensamientos el 30 de diciembre del 2011, y con tantas fiestas se me olvidó ponerlo en el blog para poder compartirlo con todas vosotras, espero que me perdonéis por tener esto un poco “abandonao”.
                                
5ª SESIÓN

Y  otra más que hemos conseguido, y digo que lo hemos conseguido porque somos dos, como se suele decir, un pack, la enferma “yo” y la acompañante “mi hermana”, llegamos con la incertidumbre de que pasará “hoy”.        
Nunca imaginé que la palabra "te quedas ingresada" me podía dar tanta alegría, mi cuerpo sigue resistiendo y yo hago todo lo posible para que no me manden de vuelta a casa sin el tratamiento, para mi eso significa días perdidos y viajes a Málaga (pá Ná)
Martes, miércoles y jueves en la 7ª y con mis paseillos a la 8ª con ambiente de navidad y el “sonetillo” del sorteo de la lotería, qué por cierto, no nos ha "tocao". Mi lotería es poder compartir esos momentos tan especiales con la gente que se dedican a cuidar de nosotras, yo en este 5 tratamiento he tenido a tres Ángeles de la guarda, así es como yo les llamo cuando hablo de ellos en mi casa, mí Jesús, mí Mónica y mí Gloria, me he dado cuenta que cuando hablo de ellos, lo hago igual que cuando hablo de mi hermanas, es como si fuesen algo mío, ya forman  parte de mi vida.
Tres días dan para mucho...risas, saludos, charlas, besos, visita de Papa Noel, regalos, caramelos…y hasta un brindis como “Dios manda” con  todos ellos.
Esa humanidad que tienen, creo que no hay universidad en el mundo que sea capaz de enseñarla, para eso hay que nacer con ello.
Solo faltan dos días para Nochebuena y aquí estamos, cómo dice Mariló, Las Hermanas Calvente, y yo solo tengo en la cabeza recuperarme lo antes posible, y no sé como lo voy a conseguir para estar medianamente apta para Nochebuena, sólo por acompañar a los míos.
Llegamos a casa el jueves un poco “tocada” y el viernes, ya el cuerpo está con todos los síntomas, el Sábado en la cama y yo pensando que esto no puede ser…! QUEE ESS NOCHEBUENAAA! Y me digo…María, saca cohoneee de donde sea, levántate, vístete, coge las panderetas y los cascabeles y tira palanteeee…Con unos vaqueros y camiseta negra, mis niñas, ya mujercillas, me dicen…!!! Maaamaaaa estas guapísimaaaa¡¡¡  creo que es la alegría de sus caras mi mejor medicina. Una nochebuena con todos y lo importante no es lo que se come esa noche, es con quien.

No se porqué, pero los síntomas desaparecieron casi por completo, creo que de la rabia que me dio sentirme tan mal físicamente en un día tan importante, que sentía que no podía fallarle  a mis dos (niñas mujeres).

Dicen que la mente tiene poderes, pues creo que es verdad, si quieres, puedes. La palabra “no” es un lujo que no nos podemos permitir todos los que estamos en esta misma lucha, si te empeñas en que si…si… si...tu cuerpo al final acaba respondiéndote , y así pienso terminar el año  y entrar en el 2012 con fuerza y coraje. Y todos los días me pondré una buena dosis  en el desayuno. Deseo con todas mis fuerzas que Dios os traiga  a todo el que lee esto, AMOR  como gotas tiene la lluvia, SALUD como rayos tiene el sol y PAZ como arena tiene el mar.

                       FELIZ 2012